Fuimos primero a la otra disco, a la legal y había muy poca gente. Es que a ésta le juega algo muy encontra: como queda afuera de la ciudad, o te vienes en auto o pagas taxi, lo que sumado a la entrada y a los tragos que, hay que reconocerlo, están muuuy caros, tienes que si o si venir con tus buenos pesos. En la otra en cambio, la entrada cuesta lo mismo pero con un trago gratis, y adentro todo es barato. En fin, en la legal estuvimos hasta las 4:00 y de ahí se nos ocurrió ir a la otra para ver realmente como es.
Llegamos y claro, todo el mundo estaba allí. De partida estaban todas las "colegas féminas" que en la otra ya no van. Creo que el 70% eran mujeres.
Y la música… puro reggeton. Hubieran colocado cumbia por último, pero reggeton!!! Parecía fiesta "pokemona". Se escuchaba mal más encima.
Pero lo que las mató fue el tema del baño; super mal. Hay uno solo y es mixto. Hay que esperar mucho para ocuparlo, y he aquí un detalle poco glamoroso de la disco, porque no faltó el que no se aguantó y se puso a orinar en cualquier rincón. Para remate, uno de los WC estaba tapado hasta arriba (me contaron que siguió así todo el fin de semana).
Algo chistoso que pasó fue que el Marcelo nos dijo, "mira!!! Ahí está la Discordia" – Qué??? ¿Quién es esa? – Una loka antigüa.
… La Discordia, a quién se le ocurre colocar un apodo así?
Lo terrible de todo este asunto es que si sigue así , va a pasar lo mismo que el año pasado, cuando igual se abrieron locales clandestinos de calidad dudosa (no nos olvidemos de la tan famosa Pica'a, lejos lo más picante a lo que he ido), que al final obligaron a cerrar la disco. Y después que se cerraron los clandestinos, nos quedamos sin nada.
Estuvimos media hora. Suficiente.
Por mi parte, no creo volver a este lugar.