Mi vieja se fue de viajes por unas semanas a Viña y Santiago, ayer. A todo esto, ha andado bien con lo de su depre, a pesar que al final no quiso hacerse ningún tratamiento. Será no más; tampoco puedo andarla obligando a hacer algo que no quiere.
Ahora tuvo que viajar para hacerse un tratamiento dental. Muchas ganas no tenía de irse porque en viña va a estar sola dos semanas, y recién ahí, cuando ya haya terminado su tratamiento, podrá irse unos días a Santiago, donde su prima. Y también porque acá tiene hartas cosas de qué preocuparse (volvemos a lo mismo).
Y bueno, para que se fuera mas tranquila, me comprometí en realizar algunos encargos para realizar los fines de semana cuando esté en Punta Arenas:
1) El más importante; visitar a mi sobrino. Ahora que está mi sobrina nueva, andan todos chochos con ella y a él lo han dejado un poco de lado. Así que ahí me voy a hacer presente para darle apoyo y para que no se sienta tan solito.
2) Atender a mi madrina. Mi madrina tiene ya 90 y tantos años y está muy dependiente de mi vieja. Por suerte una amiga de ella la va a estar atendiendo durante la semana por lo que va a estar bien cuidada. Y el fin de semana llegaré para apoyarla un poco y preocuparme de las cosas que le hagan falta.
3) De mi viejo (y de la casa). Acá me voy a tener que preocupar que el fin de semana no se vaya a quedar dormido con el gas encedido. En mas de una ocasión ha pasado que sucede esto cuando mi vieja no esté en casa.
4) De Horacio. Bueno, esta mas bien es responsabilidad compartida con Iván. El tendrá que ir a darle comida durante la semana a la hora en que mi viejo tampoco esté. Y de hacerle un nanay también, porque pucha que la extraña cuando mi mamá no está.
Así pues, estoy con la agenda copada. Ahí andaré a las carreras.