He sufrido un cambio radical en mi rutina
diaria desde la semana pasada. Me inscribí a un curso de ingles a través de una
beca que me gané la otra vez. Postulé junto con Iván, pero quedamos en niveles
diferentes, él en avanzado (perdóname!!) y yo en… bueno, sigamos con el relato.
Ya si tampoco es tan básico, digamos que es un intermedio básico. Por lo mismo,
también quedamos en academias y horarios distintos. El asunto es que todo esto
del curso, me ha significado una serie de trastornos en mis horarios y rutinas.
Tengo clases todos los días de 19:00 a 21:30, por lo que de primera, me vi en
la obligación de adelantar el horario del gimnasio; de 17:00 a poco antes de
las 19:00. Contando el tiempo que demoro en cambiar cuando llego y salgo,
ducharme y comer algo me vi también en la necesidad de acortar la rutina del
gym.
Estos cambios me amarran otro más que es fatal
para mí: el horario de mi pega, ya que me significa salir antes del trabajo y
para ello, obviamente que me significa tener que entrar antes. Lo adelanté de
las 9:00 a las 8:00. Terrible, porque ahora tengo una hora menos para dormir.
Después del almuerzo mi viene un bajón que ni les cuento. En lo único que
pienso es en que llegue el fin de semana para hacer siesta.
Por otro lado, como salgo a las 21:30 del
curso, se me atrasa la cena en más de hora y media. Esta es la parte más
pesada, porque tengo que llegar a cocinar la cena, ordenar el dormitorio, hacer
la cama, atender a la Narah (mi gatita persa) , que significa tener que cepillarle
su pelo, limpiarle sus ojos y jugar un rato con ella porque sino me reclama.
Termino de cenar y tengo que preparar mi bolso para el gym para el próximo día
incluyendo dejar preparado mi merienda de media mañana. Es terrible porque no
me queda tiempo para nada. Como le digo a mi compañera de trabajo, no me queda
tiempo para mi, si ya a las 12:30 me estoy durmiendo.
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