Pero no somos los únicos que tenemos este super poder... también lo desarrollan nuestras amigas y posiblemente el resto de las mujeres que nos rodean (mi vieja es toda una experta para andar encontrando a cuanta prima se le cruza).
Bueno, ahora me pasó al revés, osea, una amiga de alguien me descubrió: la Fany.
La Fany fue la primera persona que conocí en Porvenir. Atendía en un local de sandwichs. Esto fue cuando recién llegué y estuve en pensión. Así nos vimos como tres semanas y luego le perdí el rastro porque el local cerró.
Pasaron unos meses y la volví a encontrar, y ahí ya intercambiamos teléfonos. Salimos un par de veces, en las que me presentó otra amiga. En una de esas oportunidades me contó que tenía unos amigos que eran gay, que le gustaba la música pop y conocía a la Mónica Naranjo. Oh my God, "acá la Fany me cacha" fue lo que pensé en aquella oportunidad.
Y así fue, el sábado pasado llegó a la disco y me vio. Ahí me dijo "lo sabía". Me contó que tuvo el presentimiento de que yo también era. Le pregunté como había sabido, pero me dijo que no tenía idea, que solo lo pensó. Así que igual tiene el super poder.
Con razón una vez que me la encontré en la calle, me contó sobre una situación en particular: de esas cosas que precisamente las mujeres hablan entre amigas o bien, con el amigo gay.
PD: La Fany es igual, igual, igual en su forma de ser a la Estela.
1 comentario:
Hoy por hoy la gente viene mas despierta, lo bueno es cuando es con buena onda, como en este caso. Al fin, la mayoría que me conoce sabe. Pero por suerte la gente buena.
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