Novedades Musicales

Y heme aquí con mi “critica” quincenal de música. Esto debiera ser semanal, pero bueno, que le vamos a hacer. 

Le he dado hartas vueltas a lo último de los Scissor Sisters (Magic Hour), y la verdad es que me decepcionó un montón. No pudo ser más fome de lo que es. Desabrido a no dar más, salvo el último tema, Somewhere, que es lejos lo mejor y totalmente comparable a lo hecho anteriormente, el resto es ahí no más, tirando a mal.  Se salvan Keep Your Shoes On, Inevitable, Shady Love, Best in Me y The Secret Life of Letters (hasta aquí, la mitad del disco). El resto es totalmente olvidable. Pongo nota 3 de 5.

Con mejor resultado, pero de todas maneras sin convencerme del todo, es el A Joyful Noise de Gossip. Eso sí, creo que es mejor de lo que asegura la crítica (en promedio le dan 2 puntos de 5). En verdad que se echa de menos el sonido más guitarrero y Punk-Disco que tenían antes. Pero está pegajoso y tiene sus cosas interesantes. Yo le pongo un 3,75 de 5.

Pero ahora vayamos por lo bueno. En primer lugar, lo nuevo de Ruffus Wainwright titulado Out the Game, como siempre, haciendo ese pop barroquísimo, pero que en esta ocasión no viene tan recargado ya que trabajó para la producción del disco Mark Ronson, el mismo quien produjo el Back To Black de Amy Winehouse, así que la cosas viene más sobria. Me pasa mas menos lo mismo que con el 21 de Adele, que sin ser un disco redondo, y tener algunos temas sin mayor gracia, los que son buenos son en realidad sobresalientes; lo que ocurre entre los temas nº5 y el 9 es simplemente sublime. Clímax total con la extraordinaria Bitter Tears, un tema synth pop que suena a música clásica y cuyo teclado recuerda a Walter Carlos. Brillante.  Al bueno de Rufus le pongo un 4,25 de 5.

Y lo mejor; el tan anunciado primer álbum de Iamamiwhoami, Kin. Un disco que antes de que se publicara ya “todos” conocíamos pues cada uno de los 9 temas que lo conforman viene acompañado de un video, que se vinieron estrenando en la cuenta Youtube de Iamamiwhoami desde principios de año. Si mal no recuerdo, el último video se presentó en el mes de abril. Es por lo tanto, un álbum visual, al que solo le faltaba la compilación de todo el material para una mejor distribución. En fin, la propuesta es un pop un tanto synth pop y un tanto oscurilla. Aquí no van a encontrar ni un Born This Way, ni un Give Me All Your lovin’, ni una diva, ni nada por el estilo, sino que todo lo contrario, lo que van a encontrar es una obra de arte de una belleza única y extraña. En septiembre llega la edición vinilo + DVD. Este es digno de un 4,5 de 5… y si es que no es un 5.

Saliendo de la Inercia

La semana pasada retomé el gym después de las vacaciones que me tomé. La verdad es que lo retomé casi finalizando la semana en realidad, y es que como que me costó hacerlo. Es curioso, pero antes me era insoportable no poder asistir al gym, era casi una tragedia. Me acuerdo que me daba una ansiedad tremenda. Y cuando regresaba de algún viaje, retomaba el gym inmediatamente al otro día. Ahora no. Soy más flexible a tomarme un o dos días sin ir al gym y, como sucedió ahora, como que me cuesta un poco retomarlo si he pasado un tiempo sin asistir. Es la inercia. Llegué de las vacaciones y me relajé, aproveché las tardes después de la pega para escuchar los vinilos que compré de pasada en Santiago (Corazones de los Prisioneros, Peces de Lucybell y Música, Gramática, Gimnasia de Dënver). A esto hay que sumarle que hace mucho frío, así que no me sentía para nada motivado en volver al gym. Recién el Jueves dije vasta, y rompí la inercia.

Cambie de forma radical mi rutina. En parte porque creo que me estanqué, y otra porque antes de irme a Lima, me estaban doliendo las articulaciones de las muñecas, y estando allá, de tanto caminar, terminé con un tremendo dolor de espalda en la zona lumbar, que recién de regreso, se me quitó, pero que igual me da miedo andarle metiendo mucho peso tan luego. Así que ahora estoy trabajando con poco peso y más repeticiones. No me siento muy cómodo pero ya me hice la idea de por lo menos un mes entrenando así. Veamos qué pasa.

De regreso de Lima

Bueno, ya estamos de regreso después del viaje a Lima. De regreso al invierno… En Lima igual están en invierno, pero por favor, ¿qué invierno es ese con 20ºC? El clima es una maravilla.

Esta vez, viajamos con la Paola, así que arrendamos un departamento más grande. En realidad habíamos reservado uno con dos dormitorios y dos baños, pero al parecer lo tenían ocupado, así que nos pasaron uno de tres dormitorios. Un tremendo departamento, espacioso por todas partes y por US$70.00 más menos. Muy barato y ubicado en Miraflores nada más ni menos. Respecto a esto, la ubicación no pudo estar mejor, ya que Miraflores en un excelente barrio (o distrito), moderno, con comercio más que cerca, restoranes y a unas cuantas cuadras de la playa.

Fue toda una sorpresa conocer Lima ya que tenía otra concepción de la ciudad. Me la imaginaba muy antigua. Nada que ver, obviamente el centro histórico de Lima es antiguo (y precioso), pero en general, la ciudad es totalmente moderna. El sector de Miraflores tiene una costanera magnifica, y está ubicada en un acantilado. La playa (otra sorpresa porque no tenía idea que Lima tuviera) están abajo y se baja a través de un sistema de pasarelas y escalinatas. Existe un mall incrustado en el acantilado. Por la calle no se ve ya que el nivel de la calle es el nivel del techo, por decirlo de algún modo. Hay que bajar y ahí está con una vista al mar espectacular. Aquí fuimos varias veces a comer y a tomar café... Obvio que también de Shopping. Ah. tiene cines y sala de teatro. Alcanzamos a ver Drácula. Quedamos encantados con todo, bueno y es que aquí en Punta Arenas, vemos una obra una vez a las quinientas.

Pero lo más espectacular fue la comida y el pisco sour. Referente a la comida, creo que llegamos con algunos kilitos de más, y es que se come, de verdad, que muy rico. Y lo mejor es que en todas partes, desde el restaurant más sofisticado hasta la picada más barata, en todas partes cocinan delicioso. Probé carne de alpaca… riquísima. Me faltó el cebiche, pero ustedes saben que soy más carnívoro. Y el Pisco sour… definitivamente es peruano. Exquisito. A mí no me gusta, por lo menos el que se hace en chile no me gusta. Pero el que se hace allá es de verdad delicioso (y engañador). Será el pisco o los limones, no sé. Igual tomé harto el maracuyá sour. Más rico aún. Ah, hasta ahí no más me duró mi tratamiento de la gastritis, pero es que había que probarlo.

Hicimos un tour nocturno; hay varios, pero nos decidimos por este porque nos pareció más bonito. Nos llevó al centro histórico de lima, que visto con las luces, se veía hermoso. También conocimos la Iglesia de San Francisco, aquí igual nos guiaron y explicaron sobre los recintos y las cosas que había en ellos. La Iglesia es antiquísima (siglo XVI), con decir que tiene catacumbas. Impresionante, ahí con todos los huesos a la vista. Y tiene una biblioteca que en cuanto entré, me dio la impresión de estar en algún recinto del castillo de Harry Potter. Un lugar mágico, con 25.000 libros antiguos ordenados en repisas gigantes. Bellísimo.

Visitamos el Museo del oro, también recomendable, con una sección de objetos de guerra antiguos y de distintas partes del mundo, y otra con objetos de las culturas precolombinas de Perú.

De salir a bailar, eso no se pregunta. Conocimos dos discos de “la onda” que estaban en Miraflores; Downtown (dos pistas, una pachanga y otra electrónica), y Legendarys, esta última la que más me gustó porque es más pop. Me quedé con la ganas de conocer Nebula, una disco más alternativa, donde tocan cosas como new wave, synth pop, brit pop post punk, etc. No fuimos porque la noche que teníamos pensado ir, la Paola se enfermó, y a Iván y a mí nos saltó la duda si la disco era gay friendly.

Mención aparte sobre la gente. Muy amables, y sobre todo, muy educados… ojalá fuéramos así en chile.

Resumí harto, porque en realidad era para escribir bastante más, pero para que no quede esto tan largo, lo dejo acá. En resumen, me encantó Lima. Es para repetir el viaje de verdad.

De visita al Doc.

Para mi desgracia, ando medio enfermo. Bueno, en realidad ya estoy bien, pero por si las moscas, le estoy haciendo caso al doctor de lo que me dijo. En fin la historia es más o menos así: Todo comienza el fin de semana antepasado (la semana pasada fue cuando estuve muriendo). El viernes salí con Iván a lo que sería una salida tranquila a cenar. En eso nos llamó la Pao que quería salir urgentemente con nosotros porque necesitaba tomarse un mojito urgentemente (no es que sea alcohólica pero había terminado con su mino, así que lo ameritaba). Ya en el bar donde nos juntamos, y que con esta sería la segunda vez que voy, nos pedimos los respectivos mojitos cubanos; lejos el peor mojito que haya tomado y es que creo que le metieron media botella de sucedáneo de limón (porque eso no era jugo natural) porque estaba ultra acido. Traté que me arreglaran pero aún así seguía malo. No me lo pude tomar y dejé la mitad del vaso, un hecho totalmente insólito. Aquí ya partimos mal siendo este el primer evento de lo que me pasó.

De aquí nos fuimos a otro pub, al que estamos yendo bien seguido porque la dueña es la misma que hace un tiempo atrás tenía la disco de la onda aquí. Aquí me tomé dos Bacardi manzana llenos hasta arriba del vaso. A pesar de toda esta cantidad de alcohol que ingerí, no me emborraché tannnto, nada mas andaba contento. El asunto es que de ahí nos fuimos a la casa. Estando allí, antes de acostarme me tomé dos aspirinas “con el fin de no amanecer con dolor de cabeza”. Esto siempre lo hago, pero esta vez no me funcionó, porque amanecí con el medio “hachazo”, por lo que después de almorzar y antes de hacer la respectiva siesta, me tomé dos más. Desperté bien de la cabeza, pero nada hacía sospechar que la mezcla de sucedáneo de limón, ron y, sobretodo, las 4 aspirinas, me provocaron una gastritis… aguda. Lo extraño es que recién el domingo en la noche, después de cenar, me empecé a sentir mal. Ni les cuento el dolor que me vino, y lo terrible es que me continuó todo el resto de la semana. Entre que, según yo, el lunes o martes se me pasaría el dolor, y que pedí hora al doctor, me dio el jueves. Ahora estoy con remedios, que debo tomar por dos semanas, a pesar que ahora me siento bien, y como dijo el doctor, “nada de pubs en este tiempo”, esto a raíz que tuve que contar la misma historia. Todo mal, porque este fin de semana nos vamos de viaje con Iván y la Pao a Lima de paseo por una semana y sí o sí tengo que tomarme un pisco sour peruano, ya que dicen, que es mejor que el chileno.

Ah, y lo otro, nada de aspirina por el resto de mi vida, así de categórico, porque de acuerdo a los antecedentes que entregué, tengo delicado el estomago. Le pregunté si puedo tomar paracetamol, a lo que me dijo “sí, paracetamol sí, pero solo cuando te duela la cabeza y no sea producto de la resaca”.

Olvido.

Siempre he pensado que para usar un short de lycra se deben cumplir una de esas dos condiciones: tener buen físico (sobre todo buen trasero) y, tener personalidad, porque a veces pasa eso, que a veces no se cumple con lo primero y uno se dice ¡Dios, como se atreve a usar eso!

En fin, yo igual uso de estos, pero debajo de otro short para no mostrar tanta pierna; es típico que dependiendo de la postura el short se sube por la pierna, dejando ver más de la cuenta (peligro que se te vea el calzoncillo).

Bueno, el asunto es que hace algunos días me pasó que llevé solo el short de lycra. Cuando llegué al gym y me empecé a cambiar, ahí recién me di cuenta que no había puesto en mi bolso el otro short. Y he aquí el cuestionamiento que me hice, porque se me presentó el tremendo dilema de ir a la sala de pesas con el short de lycra puesto. La verdad de las cosas es que pensé que llamaría demasiada la atención, sin mencionar lo gay que imaginé que me vería. Fue todo un dilema. Se me ocurrió como alternativa dejarme puesto los jeans… tampoco me convencía del todo. Habré estado un buen rato en el camarín decidiendo que hacer. Finalmente me decidí por el jeans; no me dio la personalidad como para salir con solo el short.

Pero que quieren que les diga, el jeans tampoco fue lo más apropiado. Cuando me paré frente al espejo de lo primero que me acordé fue de los vedetos de los que siempre hablo, y que por cierto, hace ya un buen rato que no se ven. Es que estos tipos siempre llegaban así, en jeans. Igual mal.

No fue precisamente el mejor look… En ese caso, el short hubiese sido lo más apropiado, pero definitivamente no me dio el “cuero” como para andarme paseando así. Y por cierto, me saco el sobrero por los que usan esto, aunque se vean mal.