La semana pasada retomé el gym después de las
vacaciones que me tomé. La verdad es que lo retomé casi finalizando la semana
en realidad, y es que como que me costó hacerlo. Es curioso, pero antes me era
insoportable no poder asistir al gym, era casi una tragedia. Me acuerdo que me
daba una ansiedad tremenda. Y cuando regresaba de algún viaje, retomaba el gym
inmediatamente al otro día. Ahora no. Soy más flexible a tomarme un o dos días
sin ir al gym y, como sucedió ahora, como que me cuesta un poco retomarlo si he
pasado un tiempo sin asistir. Es la inercia. Llegué de las vacaciones y me
relajé, aproveché las tardes después de la pega para escuchar los vinilos que
compré de pasada en Santiago (Corazones de los Prisioneros, Peces de Lucybell y
Música, Gramática, Gimnasia de Dënver). A esto hay que sumarle que hace mucho
frío, así que no me sentía para nada motivado en volver al gym. Recién el
Jueves dije vasta, y rompí la inercia.
Cambie de forma radical mi rutina. En parte
porque creo que me estanqué, y otra porque antes de irme a Lima, me estaban
doliendo las articulaciones de las muñecas, y estando allá, de tanto caminar,
terminé con un tremendo dolor de espalda en la zona lumbar, que recién de
regreso, se me quitó, pero que igual me da miedo andarle metiendo mucho peso
tan luego. Así que ahora estoy trabajando con poco peso y más repeticiones. No
me siento muy cómodo pero ya me hice la idea de por lo menos un mes entrenando
así. Veamos qué pasa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario